1º CUENTO A PARTIR DE CHEJOV - "TROPEZAR CON LA MISMA MONEDA"
1º CUENTO A PARTIR DE LA HISTORIA DE CHEJOV
Consigna: A partir de la anécdota de Chejov, contar un cuento. Completar el siguiente argumento: “Un/a ………………. (nombre o tipo de personaje), en .................. (lugar, ambiente, época), va a un/a …………………… ( situación, ambiente más concreto, institución), gana / hereda / accede / encuentra / roba / recibe / falsifica / etc un millón (o cifra grande), vuelve a ............. (lugar, ambiente, etc), se suicida “. Desarrollar el cuento a partir de este argumento. El ambiente se puede elegir en el pasado, presente o futuro, también se puede variar el género (fantástico, de terror, de ciencia ficción, drama, cómico o paródico, policial, maravilloso, de iniciación), el tipo de protagonista y la trama de los hechos. Lo principal es que se vean las dos lógicas, la de la historia del dinero o riqueza descubierta y la del suicidio.
Tropezar con la misma moneda
Argumento: Una mujer, en situación de calle, va a un lugar a pedir sobras, encuentra una cifra muy grande de dinero, vuelve a un lugar que le gusta mucho, y a los días se suicida.
Nos encontramos en pleno auge del capitalismo, donde la creciente comercialización e invasión de publicidad se apodera globalmente de la mente de las personas. En la Ciudad de Buenos Aires, durante la década de los años 90s, una mujer no tan joven ni tan mayor, se hallaba en una situación miserable. Totalmente endeudada, acabada económicamente, sin a nadie a quién recurrir, sin nadie que pueda ayudarla. Con muchos problemas emocionales y de ansiedad. Viviendo el día a día en la calle, en la indigencia, comiendo de la sobras que encontraba o pedía, recolectando basura y huyendo de hienas hurtadoras. Además, padeciendo las miradas e insultos de la gente que pasa por su lado, no solamente hacia ella, sino también hacia su pequeño hijo, que no hacía mucho tiempo de que lo había dado a luz.
Un día para ella, era un día más de sufrimiento, de esfuerzo. No sabía cuánto tiempo más podría aguantar la situación, pero lo hacía por su hijo. Todos los días debía despertarse temprano para ir con el carro y su niño a recolectar basura caminando por toda la ciudad y luego llevarla a un centro donde le daban apenas unas migajas de dinero. Con ello, solo podía realizar mínimos gastos. A veces iba al bingo, y gastaba sus migajas con la esperanza de tener éxito y hacerse una fortuna. Mientras tanto, seguía y seguía con su hijo recolectando basura durante todo el día, por toda la ciudad y sus alrededores. A lo largo del día, también entraban a muchos lugares para pedir comida o sobras de lo que tengan.
Una tarde de feriado, la mujer pasó, como de costumbre, por la puerta del Hotel Alvear, ubicado en Ayacucho y Av. Alvear, en el barrio de la Recoleta. Un hotel muy famoso por ser de lujo y haber alojado a muchas personas de renombre. Ella habitualmente solía entrar a varios lugares como restaurantes, bares y hoteles para pedir comida o sobras que tengan para ofrecerle, incluso en los hoteles a veces le daban toallas o elementos que ya no usaban y solían tirar. Deja su carro y a su hijo afuera, frente al hotel. Entra. Apenas da un paso dentro, los empleados del hotel la observaron de arriba a abajo, vieron una cara conocida, recurrente, siempre con su desdichada vestimenta y su cansado rostro. La trasladan amablemente hacia un lugar más apartado del ojo público para que la situación no genere quejas de los clientes, comentarios o reclamos. Al ser un día feriado, no habían tantas personas en el establecimiento, ni tantos clientes ni tantos trabajadores. Los empleados van a otras áreas del lugar a buscar comida y elementos que puedan donarle a la mujer. La señora se había quedado sola esperando. Notó que los empleados tardaban bastante tiempo, por lo que decidió empezar a recorrer un poco el hotel, procurando no alejarse demasiado, ya que le generaba cierta curiosidad. Paseándose entre pasillo y pasillo, luego de escuchar varios gritos provenientes de alguna habitación, ve desde lejos que detrás de una maceta había algo inusual, estaba tirado un pequeño paquete envuelto en papel de diario. Muy curiosa, la mujer levantó el paquete, rápidamente lo guardó entre su ropa, y volvió corriendo hacia la entrada, para evitar cualquier sospecha. Allí finalmente los empleados del hotel le entregaron algunas cosas y la mujer, muy feliz, se fue de prisa a su carro.
El paquete que la mujer había encontrado lo había puesto allí una señora mayor que se encontraba hospedándose en el hotel junto a su esposo. Había cobrado dinero en negro que ocultaba de su marido, siempre lo guardaba muy bien, pero ese día algo falló. Ocurrió un contratiempo muy inesperado, que la llevó a ocultar el dinero fuera de la habitación. La señora colocó el paquete en una maceta del pasillo muy cercana a su habitación. Al rato tuvo una fuerte discusión con su esposo. Pensó recoger el paquete más tarde. Nunca lo encontró.
Mientras la mujer indigente se alejaba del hotel, sin poder aguantar la tentación, decidió abrir junto a su hijo el paquete que encontró. En su interior, bien envuelto, había nada más y nada menos que un gran suma de dinero, en dólares. La mujer, sorprendida y maravillada, rápidamente dió media vuelta el carro y se dirigió a cambiar los dólares por pesos argentinos. Una vez hecho, va a un supermercado cercano a comprar algunos bienes, en su camino también va a algunos negocios de indumentaria. Por la noche, la mujer dejó el carro y a su hijo varados en casi el medio de la nada, y fue al bingo. Allí, ella decidió invertir el dinero que encontró. Estuvo allí por varias horas, las horas se convirtieron en días, y así pasó el tiempo.
El dinero cesó por completo. La mujer, de pronto, despierta de su compulsividad. Reconoce que si bien allí ganó dinero, también lo perdió jugando. Viejos recuerdos inundan su mente. Las memorias del pasado sumergen su alma en desesperación. Su ansiedad está en el punto máximo. Sale del bingo, mira a su alrededor y se encuentra sola, sola nuevamente. Comienza a buscar desesperadamente a su hijo, su carro, sus cosas.
La mujer estuvo a pie buscando durante muchas horas, en todos los alrededores. No pudo dar con victorias. Estaba perdida en todo sentido. Cansada de todo. Pensando lo peor, inmersa en sentimientos de desgracia, impotencia, desamparo, culpa e incertidumbre decide terminar esa misma noche, a manos de la soledad, con su vida.
Algunas acotaciones acerca de la historia:
La mujer era hija única, nacida en una familia de buenas raíces muy adinerada. Toda su vida había padecido de trastornos compulsivos y de ansiedad. Sus padres la complacían en todo, no querían que le faltase nada. Cuando era apenas una adolescente de aproximadamente 18 años, acostumbraba ir al bingo a diario a gastar compulsivamente el dinero que le daban sus padres mensualmente. Allí pasaba horas y horas, con la ambición de poder ganar más. Dejó de lado sus estudios. Cada vez, a medida que ella crecía, les pedía más y más dinero, hasta que un día sus padres descubrieron que estaba totalmente endeudada con varios bancos y el bingo. Eso fue un detonante para ellos. Muy enojados con ella, sus padres la abandonaron, se mudaron a Europa, y la dejaron en Buenos Aires sola. Ella ya era mayor, una mujer adulta, ni muy joven ni muy mayor, sin estudios, sola, endeudada. Tuvo que comenzar a buscar empleo, pero en ninguno la tomaban. Decidió comenzar a prostituirse para ganar algo de dinero. Uno de sus clientes la abusó de tal manera y sin protección que la embarazó. Al tiempo dió a luz a su hijo, por lo que no pudo continuar trabajando. Y allí comienza el inicio de la historia. Por ello el cuento se denomina "Tropezar con la misma moneda", en vez de "Tropezar con la misma piedra", ya que aquí vemos cómo la mujer vuelve a caer en una adicción terriblemente, que gira entorno al dinero, dejándolo todo y olvidándose completamente de su hijo, de su salud, de su vida.
La mujer se suicidó ahorcándose con una soga, su cuerpo fue hallado, por unos policías luego de unas horas, colgando de unas barras de metal de un edificio al lado de un contenedor de basura en la cercanía del Hotel Alvear.
No se supo nunca nada acerca del paradero de su hijo, pero se piensa que al ser tan pequeño, estar solo y desamparado en medio de la noche en un lugar a la intemperie, pudo haber sido secuestrado, violado, violentado, o inmerso en una red de tráfico de menores.
Fuente de la imágen: Pinterest. Photopoly
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