2º CUENTO A PARTIR DE CHEJOV - "EXCURSIÓN A LO MALDITO"
2º CUENTO A PARTIR DE LA HISTORIA DE CHEJOV
Consigna: A partir de la anécdota de Chejov, contar un cuento. Completar el siguiente argumento: “Un/a ………………. (nombre o tipo de personaje), en .................. (lugar, ambiente, época), va a un/a …………………… ( situación, ambiente más concreto, institución), gana / hereda / accede / encuentra / roba / recibe / falsifica / etc un millón (o cifra grande), vuelve a ............. (lugar, ambiente, etc), se suicida “. Desarrollar el cuento a partir de este argumento. El ambiente se puede elegir en el pasado, presente o futuro, también se puede variar el género (fantástico, de terror, de ciencia ficción, drama, cómico o paródico, policial, maravilloso, de iniciación), el tipo de protagonista y la trama de los hechos. Lo principal es que se vean las dos lógicas, la de la historia del dinero o riqueza descubierta y la del suicidio. Escribir un cuento, que incluya: 1 objeto con un jeroglífico, 1 perro negro, 1 objeto filoso, 1 enano, 1 reloj antiguo, 1 espejo roto y que el Narrador o Narradora sea interno, en 1° persona.
Excursión a lo maldito
Argumento: Un hombre en un viaje al extranjero va a vender un reloj antiguo con jeroglíficos a un museo, un enano residente lo ve y le ofrece comprarlo, el hombre se niega y se lo vende al museo, recibe mucho dinero por ello, vuelve a su hogar, un perro negro lo persigue, rompe un espejo con objeto filoso, se suicida.
Antes que nada, recomiendo leer la historia con esta música de fondo:
Mi nombre es Gabriel. Hombre de cuarenta y tantos años que vive en un pequeño pueblo de la provincia de Santa Fe, Argentina. Producto de varios conflictos de mi vida, tenía muchas deudas acumuladas, y frente a la escasez de ingresos, estaba poniendo a la venta muchos de mis bienes para ganar algo de dinero por ello. Mi familia no me había dejado gran herencia, aunque sí una casa bastante espaciosa en la que encontré objetos extraños que tenían guardados mis abuelos. Habían muchos objetos que parecen ser de hace siglos. Les tomé varias fotografías y las subí a una plataforma de e-commerce en Internet. A las semanas me contactaron desde Egipto, desde un museo muy importante de la zona estaba interesado en uno de mis objetos: un reloj antiguo. Me dijeron que les significaba de gran importancia, ya que tenía jeroglíficos en él y que me darían una gran suma de dinero si se los vendía. Desesperado por el dinero, accedí. Me dijeron que debía viajar hasta el lugar con el objeto y allí harían la transacción.
A los días hice los trámites para viajar, y a las pocas semanas pude volar a El Cairo, Egipto. Al tocar tierra, todo me pareció muy extraño ya que nunca antes había realizado un viaje al exterior del país. Camino al museo, paso por una feria de un pueblo aledaño, donde había mucha gente. Miro un poco algunos puestos, y veo que venden una amplia variedad de productos, entre los que destacaba comida y objetos decorativos. También iban personas a realizar trueques o vender sus productos. Iba apurado, puesto que debía llegar antes de que el museo cierre. Me detiene alguien, un enano, con ropas viejas y muy sucio. Me sujeta de la ropa, y me pide que por favor no venda mi reloj. Me sorprendió muchísimo, ya que yo llevaba mi reloj bien guardado... ¿cómo sabía que traía un reloj? pero incluso... ¿cómo sabía que iba a venderlo? ¿cómo sabía hablar español?. El hombre me dijo que no lo haga, que se lo debía vender a él, que lo necesitaba. Muy confundido y en tono gracioso, le respondo que no me moleste, que no interfiera con mis asuntos, que estaba ocupado y con prisa. Me voy corriendo de allí. El enano se me queda viendo a la distancia mientras me alejaba. Llego al museo, me reciben, me hacen algunas preguntas mientras examinan el reloj, a las horas me pagan. Decido quedarme por la noche en un hotel cercano, ya que el vuelo de regreso a casa era al otro día. Me siento un poco mal y cansado, por lo que decido dormir temprano. Escucho ruidos extraños fuera del hotel, como aullidos de perros... pero sigo durmiendo.
Al otro día vuelvo de regreso a Santa Fe. De camino a mi hogar, siento una sensación extraña, como si algo no estuviera bien. Me comienza a doler la cabeza y empiezo a sudar sin motivos. Lo ignoro ya que pensaba que era asociado al cambio de horario, y el cansancio producto de ello. Ya en mi hogar, me dispongo a ver el tema de las finanzas, para ver bien cuál deuda pagar primero con el dinero que obtuve. Me seguía sintiendo extraño, aunque con hambre. Voy a comprar algo de comida a una tienda cercana, a unas cuadras de casa. Como les había dicho, mi pueblo es un lugar muy pequeño, en las afueras de la ciudad, es más campo con mucha arboleda. En el camino me siento como observado, si bien era de noche, y no había gente en los alrededores. Una presencia extraña. Hacía mucho frío. En el camino de regreso a casa, seguía con la misma sensación. Por lo que decido comenzar a ver hacia mis alrededores. No veo nada. Me encontraba ya desesperado, incluso algo mareado, ya sin saber qué hacer. No sabía qué estaba pasando conmigo. Estaba mirando para todos lados, en medio de la noche... ¿buscando qué? si me encontraba solo. A lo sumo, cada tanto hay algún búho, liebre o zorro, pero no es para preocuparse. Sigo caminando, ansioso. De la nada, se me aparece una figura al costado del camino. Un perro negro, muy grande parado frente a mí y viéndome detenidamente. Sus ojos eran amarillos, grandes. Se veía furioso, rabioso. Aúlla. El perro comienza a correr hacía mí. Desesperado y muerto de miedo, comienzo a correr de él, tratando de escapar. Solo quería llegar a mi hogar. Me meto a una arboleda cercana para ver si puedo perderlo de vista. Me escondo cerca de unos troncos. Me quedo en silencio durante unos minutos para ver si lograba escuchar algo. Salgo, y comienzo a visualizar a mis alrededores. Veo al perro, pero ésta vez no solamente había uno, sino tres. Corro y corro muy desesperado. Llego finalmente a mi hogar, la luz estaba cortada, no prendía, voy rápidamente al teléfono e intento llamar a la policía, pero por algún motivo no funcionaba, todas las conexiones estaban caídas. No tenía energía la casa entera. Sin poder salir por miedo a los perros y sin poder comunicarme con la policía, me quedo escondido dentro de la casa. Agarro un cuchillo de cocina para poder defenderme. La casa, como mencioné antes, es muy grande, tiene muchas puertas y ventanas. Miro por la ventana lentamente para ver si veo algo. A lo lejos, veo a uno de los perros. Me escondo rápidamente. Escucho rasguños en una de las puertas de entrada. Ladridos. Me preparo para lo peor. Entraron los perros. Me encuentran dos de ellos y comienzo a luchar para defenderme. Sin querer, rompo un espejo de tanto agitar el cuchillo, para ver si lograba lastimar a alguno de los perros que me atacaban. Corro a otras habitaciones de la casa, trato de buscar otra puerta para salir nuevamente a la calle. Me comienzan a seguir por las escaleras. Salgo a la calle y empiezo a correr. Vuelvo al bosque. Corro desesperado por mi vida. Me tropiezo con unos troncos.
Despierto en una cama. Estaba en el hospital, unos vecinos dijeron haberme encontrado por la mañana cuando salieron a buscar leña. Por el día todo parecía estar bien, me sentía bastante mal pero no me sentía perseguido. A las horas vuelve a anochecer, y lamentablemente la sensación regresa. Seguía internado, por las noches los enfermeros suelen terminar sus turnos, y los que siguen trabajando se enfocan en las áreas de terapia intensiva. Yo me encontraba en una cama normal. Vuelvo a escuchar aullidos, rasguños y ladridos. Desesperado y solo, salgo de la cama y me encierro rápidamente en el baño. Cansado, desgastado mentalmente por toda la situación, que se repite hace ya tres noches, decido terminar con mi vida.
El enano que crucé ese día me maldijo, me hizo un hechizo, que me volvió presa de tres perros malditos noche a noche. Su objetivo nunca fue comerme, solo atormentarme mentalmente.
Fuente de la imagen: Creepy Forest
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