CRÓNICA DE LA VISITA AL PARQUE DE LA MEMORIA

 CRÓNICA DE LA VISITA AL PARQUE DE LA MEMORIA

En Agosto, el sábado veintiocho del año dos mil veintiuno, me encontraba alrededor de las trece horas viajando en transporte público hacia mi destino. Días antes habíamos acordado junto al profesor y mis compañeros de cursada de esta materia en realizar una visita al Parque de la Memoria, ubicado en Av. Costanera Norte sobre Rafael Obligado 6745 (adyacente a Ciudad Universitaria) en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Allí la entrada es libre y gratuita, cuenta con horarios de los días Lunes a Viernes (Parque de 10 a 18 h. y Sala PAyS de 10 a 17 h.) y Sábados, Domingos y Feriados (Parque de 10 a 19 h., Verano: de 10 a 20 h. y Sala PAyS de 11 a 18 h.). Durante el viaje, iba admirando los paisajes. Anteriormente no había viajado nunca hasta ese lugar en transporte público, siempre he ido en auto. Aunque alguna que otra vez he viajado en el colectivo 160 hacia allí pero me bajaba antes. No sabía bien dónde bajar, porque no sabía donde paraba exactamente. 

En un momento, llegando al lugar, pensé que el colectivo daría la vuelta y pararía, pero no lo hizo y continuó el viaje hasta Ciudad Universitaria. Allí los pocos pasajeros que quedaban bajaron, y yo me quedé sorprendida ya que me había pasado de largo. Entonces le pregunté al colectivero si no iba hasta el Parque de la Memoria, y me respondió que debí bajarme antes, pero que el colectivo 45 me dejaba en la puerta. Bajo del transporte, cruzo de vereda y allí visualizo al colectivo que me indicó el colectivero, estaba estacionado, entonces veo que el colectivero estaba almorzando. Espero a que termine, y subo junto a otros pasajeros que se encontraban detrás mío esperando a subir. Le indico que me lleve hasta el Parque de la Memoria. Mientras tanto, iba visualizando el recorrido mediante Google Maps. Cuando llego al Parque, toco el timbre para bajar... pero el colectivo sigue andando. Siguió circulando varias cuadras hasta que finalmente frenó y bajé. Me dejó súper lejos del destino. Por lo tanto, tuve que volver caminando hacia el Parque. 

Llegué bastante cansada, y apurada ya que estaba demorada, debido a estos contratiempos llegué 15 minutos luego de la hora pactada que era a las 13:30 h. en la entrada de acceso al Parque. Al llegar, no sabía si ya habían comenzado el recorrido o no, entonces me quedé esperando y buscando a mi grupo. Al ratito logro encontrar al profesor y con él todos mis compañeros que asistieron. Le dije mi nombre para confirmar mi asistencia y me junté con los demás que se encontraban en ronda parados uno al lado del otro. También habían otros grupos con chicos, que luego entendí que también eran estudiantes pero de otras áreas (de las materias Producción Oral y Escrita, Teorías y Procesos de la Comunicación II, Semiótica, Derecho a la Información, Investigación Periodística, de la Tecnicatura en Comunicación Social para el Desarrollo Local, y de Análisis del Mundo Contemporáneo del Profesorado de Educación Especial, del Instituto Superior de Formación Docente y Técnica n° 77, Vicente López, Dirección de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires; Estudiantes de la comisión 54 de Taller de Expresión I (cátedra Reale) y la comisión 7 de Taller de Expresión I (cátedra Vernino), Carrera de Ciencias de la Comunicación, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires; Estudiantes de la comisión 3 de Teoría de los Medios de Comunicación, Carrera de Artes, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires). 

A veces suelo ser un poco tímida, antes de entrar en confianza. Conocer gente nueva siempre es un reto para uno mismo, pero vale la pena hacerlo. Estaba dispuesta a ello. Por ese lapso de tiempo mientras esperábamos a que lleguen todos los asistentes me mantuve en silencio, pero muy observadora. Uno de los profesores se acerca a nuestro grupo de compañeros y nos ofrece chupetines. Luego nuestro profesor comienza a recitar un discurso de bienvenida, donde nos indicó las consignas a realizar durante el recorrido. Nos dividimos en grupos de 5 o 6 personas. En mi grupo éramos 5. Nos dió mucha libertad creativa a la hora de recopilar información. Los profesores a cargo fueron María Elina Maffioli, Emiliano Grosso y Santiago Castellano. Éste último es mi profesor de la materia. Nos dijo que recorramos con nuestro grupo todo el parque, tomemos fotografías, videos, hagamos entrevistas, y todo lo demás que creamos necesario. 

Era un día algo nublado, bastante gris, aunque no tanto ya que se podía visualizar fácilmente el horizonte en la división del cielo y el Río de la Plata. Tomé muchas fotografías para mí, ya que me encanta hacerlo. Ya sea para publicar en alguna red social, como Instagram, o para disfrute personal. Y otras para realizar el trabajo posterior de la visita. Es un lugar muy amplio, con mucho verde para recorrer. Habían varias personas haciendo picnics, paseando o practicando algún deporte. 

Con mi grupo observamos que el otro grupo ya había empezado el recorrido por el lugar donde están todos los Carteles de la memoria, entonces  decidimos comenzar por el otro lado. Aunque primero fuimos a ver un poco el muelle. Iniciamos caminando hacia el Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado, que comprende cuatro estelas largas de hormigón donde se encuentran los nombres de los detenidos-desaparecidos y/o asesinados por el accionar represivo perpetrado por el Estado en el período 1969-1983. Allí se recopilan treinta mil placas de pórfido patagónico de las cuales nueve mil se encuentran grabadas con los nombres de dichas personas en orden cronológico de desaparición/asesinato y alfabético. El cartel del lugar también nos indica que la nómina del Monumento se elaboró a partir de los casos denunciados ante la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (CONADEP), y de las denuncias realizadas posteriormente ante autoridades competentes como la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación y Poder Judicial. También en muchas placas se indica la edad, y se señalan los casos de mujeres embarazadas. Una de las cosas que más me sorprendió es que realmente son inmensas las placas, detrás de las cifras hay nombres. Y saber que cada uno de ellos tenía una vida, una familia, una historia, es muy impactante. A mi grupo también le sorprendió mucho verlo y tomar dimensión de la gravedad que significa. En una de esas placas había una rosa y nos llamó la atención. Es impactante que en muchas indicaba que la edad que tenían era de niños. Da escalofríos el solo pensarlo. 

Continuamos caminando por el lugar, mientras tanto estábamos charlando acerca de nosotros, para poder conocernos mejor. Conversamos sobre cómo viajamos hacia allí, a algunos les relaté mi historia algo trágica con el viaje que cuento aquí al principio. Fuimos recorriendo todo el parque, tomando fotos y videos, charlando, leyendo los carteles informativos, entre otras cosas.

Luego de conversar acerca de todo lo que estábamos presenciando, nos cruzamos al profesor también y a otros compañeros. Realizamos una entrevista a unos visitantes del parque, y también con otros charlamos. Después nos reunimos con todos nuevamente en el punto de partida. El profesor propuso reunir nuestro grupo con otro para charlar y debatir opiniones acerca de lo vivido. Luego nos regaló un libro por grupo, y se dispuso a dar una charla de cierre con un discurso de agradecimiento a todos por haber asistido, junto a las consignas del trabajo a realizar posteriormente. 

Aquí subo algunas de las fotos y videos que tomé, porque realmente son muchísimas, es un lugar muy bello, y fue una experiencia única que me encantaría que se volviese a repetir. Con algunos de mis compañeros seguimos en contacto, con muchos nos seguimos en las redes sociales, incluso luego de la visita al parque fuimos a un Shopping cercano a comer algo y pasar tiempo juntos. Me gustó mucho realizar esta crónica, conocer a mis compañeros y al profesor, me cayeron todos muy bien.
































Video charla de cierre por Santiago Castellano: 
contraseña: memoria

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