CUENTO A PARTIR DE PESADILLA
CUENTO A PARTIR DE PESADILLA
• Consigna: A partir de una de las pesadillas, escribir un
cuento fantástico, extraño o de terror, tomar el sueño como núcleo del cuento o
como punto de partida.
Voy a escoger la pesadilla N°2 que escribí en el Diario de Escritura II que trata sobre extraños monstruos que atacan nuestro planeta.
Pesadilla N°2:
Soñé con criaturas extrañas que se asemejaban a insectos arácnidos que tenían forma humanoide, caminaban erguidos y poseían garras en vez de extremidades. Yo me encontraba en clases presenciales de mi colegio en ese momento, y comenzó la invasión a nivel mundial. Había mucha desinformación y pánico por lo acontecido. Yo recuerdo esconderme en el techo, donde había una gran terraza, del lugar donde estudiaba. Muchos fuimos allí, otros se fueron a sus casas. Me quedé allí refugiada esperando tal vez algún tipo de ayuda, ya sea del gobierno o algún ente poderoso. Pensaba que iríamos a morir, y solo era cuestión de tiempo en que nos vean y suban a por nosotros. Estaba con varias amigas y profesores. Tratamos de hacer armas caseras en caso de defensa o ataque a estos entes terroríficos. Emitían un sonido que era paralizante, tan agudo que lastimaba los oídos. El tiempo pasó y efectivamente subieron a la terraza, muchos se sacrificaron, otros se rindieron, otros saltaron suicidándose, y unos pocos como yo intentamos defendernos. Muchos murieron con honor defendiendo nuestra especie. Cuando estaba forcejeando con uno de los monstruos, es cuando despierto. Por lo cual, no sé si me morí o sobreviví. Aunque me desperté muy tensa y asustada.
Cuento:
CONTRA LOS INSECTOS
Fuente: Hakaiju
Prólogo:
Me dí cuenta de que mi pesadilla se relaciona muchísimo con un manga japonés llamado "Hakaiju" que es un survival horror donde básicamente la humanidad debe sobrevivir al ataque de unos extraños monstruos gigantes. Aunque mi sueño tenía bastantes diferencias, por ejemplo, estos seres eran de mucho menor tamaño, y todos poseían las mismas características físicas, y su sonido agudo. Al no tener gran tamaño, solo podían trepar o caminar, aunque no podían saltar, caminaban erguidos pero algo arrastrados. Por ello, quise adjuntar esta foto que de alguna manera su arte representa un poco el concepto que buscaba simbolizar. Les recomiendo mucho leer Hakaiju, sobretodo si les gusta ese tipo de cosas.
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Un día la humanidad sintió el verdadero terror. Mientras la vida seguía su curso de "normalidad y estabilidad" común a todos, una invasión irrumpió con dicha paz. Nadie supo de dónde ni cómo, aparecieron numerosos seres con aspecto de insecto y humanoide que amenazaron a la especie humana. Parecía que salían de la nada, y se encontraban por todos lados, mayormente en las grandes ciudades, sobretodo en los puntos donde hay mucha acumulación de personas. Eran seres que, al igual que los mosquitos, succionaban la sangre de los humanos para alimentarse, y por placer. Se trasladaban erguidos caminando o corriendo, eran de estatura media, algo más altos que el humano promedio. No podían saltar por su alto peso, por lo que solo podían arrastrarse trepando en superficies, teniendo cuatro extremidades al igual que nosotros, pero pegajosas y con forma de garras, que les servían para clavarlas en sus víctimas y extraerles su sangre. La catástrofe era a nivel global, pero durante el hecho muchas comunicaciones se perdieron, y no se supo más nada sobre la situación mundial.
Nuestro protagonista es Jorge, un hombre que trabaja como limpieza en el aeropuerto de Ezeiza, Buenos Aires, Argentina. Por la mañana se encontraba trabajando como hacía de costumbre, hasta que al mediodía inició la invasión. Muchas personas lograron escapar de los puntos donde se habían originado, y fueron a las zonas alejadas de la ciudad. Varios fueron para las zonas con agua como ríos o lagunas, pensando que tal vez la misma los pueda repeler. Otros optaron por ir a los aeropuertos y puertos, buscando una vía de escape del lugar. La desesperación de las masas prepondera en las primeras horas. Jorge se entera de todo ya que en el aeropuerto tienen televisores, y además dieron una alerta a todos los trabajadores. Es entonces cuando decide que lo mejor no es irse, sino permanecer en el lugar. Ezeiza es un área algo alejada de la gran ciudad, por lo que intuyó que los monstruos tardarían en llegar allí y que era poco probable, ya que tal vez el gobierno o el ejército los matase antes. Entonces comienza a alertar a la gente de que no deben irse, ya que es probable de que sea una catástrofe global, y que no importa a dónde vayan, siempre deberán estar escapando, y que lo mejor es permanecer allí. La gente desesperada decide marcharse igual. Solo una familia escuchó realmente la advertencia de Jorge y decidió quedarse allí. El aeropuerto seguía recibiendo vuelos de gente que llegaba al país mientras tanto.
Jorge no tenía familiares casi, los poco que tenía ya hace tiempo no tenía ningún tipo de contacto, pero sí tenía a su pareja y su mascota. Por lo que apenas ocurre todo, él decide llamarla. Desafortunadamente, su pareja no atiende ninguna de sus llamadas. Esto es debido a las fallas de red y de las comunicaciones. Entonces se ve obligado a ir a buscarla. Su mujer se llamaba Clara, quien padecía de diabetes heredada. Ellos vivían juntos con su mascota, un cachorro caniche, en un pequeño edificio de la zona de Flores, CABA.
Jorge o tenía ningún medio para ir hasta allí, puesto que los colectivos ya no funcionaban, por lo que contándoles su situación a la familia que decidió quedarse gracias a él, ellos acceden a llevarlo hasta el lugar. Y así es como emprenden su viaje al barrio de Flores, en búsqueda de lo que Jorge más ama.
Viajaban en una camioneta tipo 4x4 saliendo del aeropuerto. Jorge les advierte de no tomar la autopista (que se llama RN A002), sino de buscar una ruta alternativa, ya que había un caos de tránsito debido a la desesperación de la gente por escapar hacia algún lado. Agarran un lugar offroad de tierra que, de alguna manera, bordeaba la autopista. Viajan rápido hasta tratar de llegar a CABA, y allí empalman para el barrio de Flores.
Todo el drama que ocasionaron estos monstruos surge de nada menos de una farmacéutica. Dueña de muchos laboratorios, tenían un arma biológica que lamentablemente decidieron usar. Meses antes de todo lo ocurrido, habían lanzado un proyecto mundial de experimentación, donde ofrecían a las personas una inyección que podría curarles ciertos males y enfermedades que poseían. En realidad, lo que les inyectaban era un paliativo, que era temporal. Lo que sí importaba, era el otro compuesto: lo que les daba la capacidad de transformarse en monstruos y que pierdan consciencia de su ser. La sustancia para reaccionar les consumía la sangre, por lo que para poder sobrevivir necesitaban consumirla en grandes cantidades, motivo por el que atacaban a los humanos y otros seres vivos. Desgraciadamente resulta que Clara, la mujer de Jorge, fue una de esas personas que se presentaron voluntariamente para recibir esa inyección. Jorge no sabía de ello, puesto que ella le ocultó por mucho tiempo de su enfermedad, por miedo al rechazo y a que él no quiera tener hijos con ella, ya que cuando una persona tiene diabetes, es muy probable que le transfiera la condición a su bebé.
La camioneta, llegando a CABA, se topa con un pequeño grupo de estos monstruos y vuelca. Algunos de los pasajeros mueren, quedando solo Jorge y otro pasajero más vivos con algunos daños. Éste pasajero que sobrevivió tenía bastante lastimada una pierna. Jorge escapa como puede de la camioneta, trata de rescatar a los que lo acompañaban, hasta que se da cuenta de que están muertos, entonces decide marcharse junto al otro sobreviviente. Se van corriendo del lugar, tratando de buscar otro medio de transporte que puedan usar. El otro sobreviviente le da una pistola a Jorge, le dice que es policía, pero que en su estado físico no iba a poder continuar, por lo que le pide que lo deje así Jorge avanza más rápido y sin ninguna carga. Jorge se niega y quiere llevarlo a un hospital. El hombre sobreviviente sigue firme en su postura, tanto que grita para atraer a los monstruos cercanos y le pide gritando a Jorge que se marche. Jorge no tiene más remedio que irse corriendo, mientras miraba hacia atrás al pobre hombre sentado en el suelo lastimado siendo de señuelo.
Jorge finalmente logra escapar, y ya con un arma trata de buscar un medio de transporte que lo lleve hasta su casa en Flores. Halla una moto abandonada que, milagrosamente, estaba con la llave puesta y en marcha, como si hace poco alguien se hubiera bajado. Se sube y maneja hasta el lugar.
Al llegar a la calle de su casa en Flores, finalmente, Jorge trata de visualizar desde el exterior por las ventanas si estaba alguna luz prendida o había alguien. Ya era de noche, por lo que había poca visibilidad. Jorge comienza a gritar llamando a Clara, pero nadie responde. Decide subir hasta el lugar. La luz estaba cortada por todos lados, los ascensores no funcionaban, así que decide correr por las escaleras de emergencia. Cuando Jorge llega, ve muchas manchas de sangre por todo el lugar. La puerta de su casa estaba abierta. Asomando la puerta, Jorge ve a su perro muerto. Se veía muy raro, como si le hubieran succionado toda su sangre. Jorge se asusta, y angustiado se va del lugar. Decide creer que su mujer tal vez logró escapar, no quiere perder la fe. Al salir del edificio, busca la moto que lo llevó hasta allí, cuando de repente, escucha un sonido tan agudo que lo paraliza. Mira hacia un lado, y ve que uno de los monstruos que lo está acechando. Jorge se queda quieto, de alguna manera se siente extrañamente conectado a él. El monstruo no duda en acercarse y clavarle su garra en medio del abdomen. Jorge muere.
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